La historia de la comunicación gráfica
integra un conjunto de manifestaciones de la comunicación visual: la escritura,
la ilustración, la marca, los manuscritos, el arte gráfico, las publicaciones impresas, la publicidad, la
señalética, las publicaciones virtuales, el diseño de objetos , espacios y
eventos, el diseño para cine y video, etc. Cada uno de estos componentes tienen
su propia historia y las historias de todos se entrelazan e intercambian
elementos y funciones. En una excursión
de timeline se comenzaría por las cavernas para llegar en nuestros días a la
creación de universos interactivos. No es una historia lineal sino más bien un
tejido de manifestaciones, en el cual podemos identificar flujos y núcleos y
redes.
Los medios de comunicación tienen un rol
importante.
En el tejido de la comunicación gráfica podemos escoger un núcleo y ver su carácter fenomenológico. Podría ser en esta oportunidad el núcleo de los manuscritos ilustrados, cuyos textos tienen letras decoradas y son acompañados con miniaturas, guardas en los bordes e ilustraciones alegóricas. Su existencia, como modo de expresión, es anterior al códice, y marcan el momento en que los textos dejan de ser rollos de papiro o pergamino, para ser parte de un
Entre los manuscritos ilustrados un lugar
particular lo ocupan los manuscritos iluminados, es decir los que son decorados con
hojas de oro y plata. Entre los primeros manuscritos están las Biblias y
los Libros de Horas (compendio de plegarias para el día litúrgico), realizados
por monjes copistas. En los comienzos de
la Edad Media los monjes también traducían las obras de la Antigüedad y las escribían en manuscritos, además de escribir obras sobre diversos temas
de interés.
En el Siglo XIII comienzan a producirse
libros ilustrados de contenido secular (no religioso), para el entretenimiento o
la educación de la aristocracia: novelas de caballería, poemarios, genealogías,
recetarios. Las primeras manifestaciones literarias en castellano, por ejemplo,
se producen durante los siglos
medievales, coincidiendo con la Reconquista o la Conquista.
En el Siglo XIV, la producción de los
manuscritos se hace en talleres ( ya no en monasterios ) donde se asignaban
papeles especializados para su realización , para cortar el papel, para
escribir, para ilustrar ( había quienes
hacían la composición, otros aplicaban colores, otros preparaban los pigmentos). La producción de manuscritos fue reemplazada por
la impresión, una vez inventada la imprenta; las ilustraciones fueron reemplazadas por xilografías.
Desde el punto de vista de la gráfica, los
manuscritos ilustrados o iluminados son verdaderas obras artísticas, donde el
diseño integra el tratamiento visual de las palabras con la decoración y las
ilustraciones.
Observemos por ejemplo la obra del Beato de
Liébana de Burgo de Osma: “Apocalipsis miniado de san Juan” de España, s. XI, que actualmente se encuentra en
la Biblioteca de la Catedral del Burgo de Osma-Soria.
Otro manuscrito que merece la atención está
en el Museo de Brujas (norte de Bélgica); se trata del manuscrito Gruuthuse, de principios del siglo XV, que contiene la
más antigua recopilación de canciones religiosas y populares de los Países
Bajos. El manuscrito recopila 147 canciones con notación musical, 18 poemas y
siete oraciones en verso. Es obra de
cinco copistas de Brujas y fue realizado entre 1395 y 1408. Debe su
nombre al bibliotecario brujense Lodewijk van Gruuthuse (1427-1492).
En los dos ejemplos anteriores podemos
observar los dos caminos, el religioso y el profano, que seguían los
manuscritos. Un tercer ejemplo aportará una mirada centrada en el carácter de
objeto estético, con funcionamiento emocional, que los manuscritos
desarrollaban. Observen el Chansonnier de Jean de Montchenu (Libro del corazón
o Cancionero cordiforme), producido en Francia, s. XV, que actualmente se
encuentra en la Bibliothèque nationale de France:
Entre los manuscritos medievales un rol
particularmente importante lo tenía el libro de las horas, horarium o livre
d'heures, devocionario ilustrado con
salmos y otros rezos de la liturgia diaria, programados para su uso por horas litúrgicas. Se usaba mucho
en los siglos XIV y XV. Son libros
únicos, elaborados exclusivamente para quienes los encargaban, nobles o reyes,
cuyos escudos de armas aparecen en las páginas iniciales o después del Calendario.
Libro de Horas del siglo XIII.
El libro de horas se inicia con el Calendario de fiestas litúrgicas
y de los santos por lo general y de cada región. Algunos libros registraban en
sus miniaturas los trabajos
agrícolas de cada mes o estación ; en
otros, aparecían los signos zodiacales,
como en “Les Très Heures du Duc de
Berry” donde cada miniatura zodiacal
ocupa una página. Este libro fue iluminado entre 1412 y 1416 en Francia por los hermanos
van Limburg, miniaturistas del Duque de
Berry.
Très Riches Heures du Duque de Berry
Très Riches Heures du Duque de Berry
En los manuscritos medievales nos interesan
la composición y la integración de los recursos gráficos; de igual manera nos
interesa el imaginario. Observemos por ejemplo la ilustración de monstruos
marinos:
Monstruo
marino (C van Duzer). British Library.
Algunos manuscritos son rodeados de misterios.
Es el caso de Codex Gigas, o la Biblia del diablo, cuya leyenda habla de un monje
benedictino que ha cometido un crimen y
que iba a ser emparedado vivo si no creaba en una noche un códice que contenga la
Biblia y todo el conocimiento del mundo. Para lograrlo, se dice que el monje hizo
un pacto con Satanás quien condicionó su apoyo en función de una imagen suya en
una de las páginas de manuscrito.
. ¿ Cuál es su verdadera historia?
El Codex Gigas fue escrito en el siglo XIII
por un monje, Herman el Recluso, en el monasterio benedictino de Podlažice en
Bohemia, territorio que hoy es la República
Checa. En latín significa “libro
gigante” y es tan grande que se necesitan dos bibliotecarios para levantarlo. El
manuscrito es escrito en pieles de
animales (becerros), con tintas de colores e ilustraciones, “iluminado” al
estilo de esa época. Incluye los colores rojo, azul, amarillo, verde y oro. Las
mayúsculas tienen un elaborado sistema de iluminación a través de toda la
página.
La escritura es unitaria, sin cambios, que – por otro lado - no se ha
encontrado en ningún otro manuscrito de la historia. Su tamaño es de 92 x 50,5
x 22 cm, con un total de 320 páginas, pero en el tiempo muchas de las páginas
han sido arrancadas, quedando en el misterio sus contenidos. Su peso es de 75
kg. En la página 290 aparece el diablo.
El Codex contiene la Biblia, la Chronica Boemorum (Crónica checa) de
Cosmas de Praga, curas medicinales, encantamientos mágicos, trabajos del historiador judío Flavio Josefo
(las Antigüedades judías y La guerra de los judíos), etimologías del arzobispo San Isidoro de
Sevilla, varios tratados sobre medicina del médico Constantino el Africano, un
calendario, una lista necrológica de personas fallecidas, y otros textos, en
una combinación única. El manuscrito no
fue prohibido por la Inquisición.
El códice está en una carpeta de madera, es
cubierto con cuero y adornado con metal. Los registros en su extremo indican
que fue escrito en el año 1229. Entre 1477-1593 su presencia es registrada en un
monasterio de Broumov, luego fue trasladado a Praga en 1594 y se le dio al
emperador Rudolf II, quien se obsesionó con él. En las guerras del siglo XVII, los ejércitos suecos se apropiaron del Codex que actualmente se
encuentra en la Biblioteca Nacional de Suecia en Estocolmo.
La investigación del manuscrito indicó que se utiliza sólo un tipo
de tinta, hecha de insectos aplastados. Por el estilo y la fuente de la caligrafía se dedujo
que es obra de un solo escriba. Algunos expertos estiman que su realización tardó de 25 a 30 años, pero la tinta indica un
intervalo de 24 a 72 horas.
Otro manuscrito misterioso es el MANUSCRITO
VOYNICH.
Con el
método de datación por radiocarbono, se ha determinado que fue creado
entre los años 1404 y 1438. Hay un
enigma : el alfabeto con que fue escrito el texto resulta desconocido e
incomprensible, aunque parece tratarse de un lenguaje muy concreto, basado en una
lengua natural. Aun no se ha descifrado su lenguaje, similar al árabe en su
grafía. Tiene más de 170.000 glifos o caracteres encriptados. Incluye imágenes de botánica, astros, planetas y
curiosas representaciones humanas en escenas
inusuales. Hoy forma parte de la
colección de libros raros de la Universidad de Yale.
¿ Qué otro núcleo de la historia de la
comunicación gráfica podría llamar la atención por la complejidad de sus
manifestaciones ?
Mihaela Radulescu/ 29 de marzo de 2015